Por Paola Bernal, Directora de la Licenciatura en Nutrición de la UNITEC
Las células de todo el cuerpo se renuevan constantemente. Por esta razón, debemos aportar los nutrientes adecuados para que las células nuevas estén sanas.
Si tienes la piel seca, debes consumir suficiente agua "natural" al día; esto equivale a ocho vasos o dos litros. Cuando tomas poca agua, las células se deshidratan y el primer indicio de ello lo observamos en la piel.
Si tu piel es grasosa, debes consumir alimentos con poca grasa, lo que significa que debes olvidarte de las frituras, la mayonesa, la crema, la manteca, alimentos capeados, fritos o empanizados. Elige leche light (o descremada) en lugar de leche entera, ya que ayudará a disminuir la cantidad de grasa que se acumula en tu cutis.
Si presentas descamación de tu piel o cortaduras pequeñas sin explicación, debes consumir alimentos altos en vitamina C, como los cítricos, alfalfa germinada, guayaba, kiwi y col. Además, debes comer alimentos que actúan como antioxidantes; algunos ejemplos son los alimentos ricos en vitamina E, como el germen de trigo, aceite de soya, aceite de oliva y frutos secos.
Para aportar todos los nutrientes a la piel, debemos conseguir que nuestra dieta sea equilibrada al consumir muchas verduras y frutas, carne blanca con mayor frecuencia (como el pollo o pescado), leche o derivados bajos en grasa, cereales integrales y pocas grasas.
No olvides que realizar ejercicio mantiene tus músculos tonificados, tu piel sana y te previene de la celulitis.
¡Cuidar tu salud es cuidarte a ti!
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